
Oración de los jóvenes con el obispo: “Misioneros de esperanza entre los pueblos”
El pasado viernes 3 de octubre, a las 19:00 horas, tuvo lugar en la capilla de San Fermín de la parroquia de San Lorenzo de Pamplona un encuentro de oración para jóvenes, presidido por D. Florencio Roselló, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela. La convocatoria, bajo el título “Oración de los jóvenes con el obispo”, se celebró con motivo del Domund 2025, cuya Jornada Mundial se conmemorará el domingo 19 de octubre en la parroquia de Santa Engracia de Sarriguren, a las 12:00 horas, con el lema: “Misioneros de esperanza entre los pueblos.”
Una cita de oración y adoración
La capilla de San Fermín se llenó de jóvenes que quisieron unirse en torno al Santísimo Sacramento. El ambiente fue de profunda recogida y comunión. Durante una hora, la oración se convirtió en un verdadero espacio de encuentro con Cristo vivo, presente en la Eucaristía.
El momento central de la celebración fue la solemne exposición del Santísimo, acompañada por los cantos del coro de familias de Estella, que contribuyó a crear un clima de oración sereno y esperanzador. Las voces, unidas al silencio orante de los presentes, fueron vehículo de alabanza y entrega.
Las palabras del Arzobispo: humildad, esperanza y sencillez
En su meditación, Mons. Florencio Roselló ofreció a los jóvenes tres claves fundamentales que, según él, definen el corazón del misionero. En primer lugar, la humildad, virtud que permite reconocer la propia pequeñez ante Dios y abrirse a su gracia. “El misionero —dijo el arzobispo— se pone ante el Señor con sencillez y le suplica: Señor, aumenta mi fe”.
El segundo rasgo que destacó fue la esperanza. Los misioneros, explicó, son portadores de esperanza porque viven con coherencia lo que predican; su testimonio no se limita a las palabras, sino que se manifiesta en sus gestos, en su estilo de vida y en su alegría, incluso en medio de las dificultades.
Finalmente, subrayó la sencillez como signo distintivo del verdadero apóstol. “El misionero —afirmó— vive y transmite su fe desde lo cotidiano, sin buscar grandezas, sino dejando que sea Cristo quien actúe a través de él”.
Mons. Roselló recordó también que “los misioneros no tienen fronteras, porque van en nombre de Jesús”, invitando a todos los presentes a sentirse parte de una Iglesia sin límites, abierta a todos los pueblos y culturas. Concluyó con un deseo que resonó en los corazones de los asistentes:
“Ojalá los misioneros sean modelo y testimonio para nosotros, y nos susciten el deseo de querer ser como ellos.”
Una celebración animada por la Delegación de Misiones
La oración fue preparada y animada por D. Óscar Azcona, Delegado de Misiones y Director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Navarra, junto con la Delegación Diocesana de Juventud, que organiza regularmente estos encuentros para ofrecer a los jóvenes espacios de oración, silencio y encuentro con Dios.
Durante la adoración, se presentaron intenciones por los misioneros que, desde los lugares más diversos del mundo, anuncian el Evangelio con generosidad. También se oró por las vocaciones misioneras y por los jóvenes que, desde Navarra, se sienten llamados a ofrecer su tiempo y su vida al servicio del Evangelio.
Una experiencia de fe compartida
Para los jóvenes, fue una oportunidad de reencontrarse con el sentido misionero de la vida cristiana: el llamado a ser testigos de esperanza en el mundo actual.
El ambiente fraterno que se generó, unido a la cercanía del arzobispo, dejó en todos un mensaje claro: ser misionero no es solo una vocación lejana, sino un modo de vivir la fe desde la humildad, la esperanza y la sencillez.
Mirando al Domund 2025
Con esta celebración, entre otras, la diócesis de Pamplona-Tudela vive y celebra el mes misionero de octubre en comunión con la Iglesia universal, y se une a ella para apoyar la labor evangelizadora de los misioneros y renovar su compromiso con la Misión, a la que estamos llamados todos los bautizados.
La Jornada del Domund 2025, bajo el lema “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, invita a cada cristiano a descubrir su papel en la misión, a rezar por quienes entregan su vida en tierras de misión y a colaborar con generosidad en las colectas destinadas a sostener sus proyectos.
Desde la Delegación de Misiones, se agradeció especialmente a la Diócesis y a la Delegación de Juventud por permitir que esta oración se impregnara del espíritu misionero que caracteriza este mes de octubre.
“Agradecemos poder poner la nota misionera en este tiempo del Domund, compartiendo con los jóvenes la alegría de anunciar a Cristo y de vivir con esperanza entre los pueblos.”







