Encuentro de la Zona Norte con motivo del Domund 2025
El sábado 11 de octubre se celebró, en el Seminario Diocesano de San Sebastián, el Encuentro de la Zona Norte con motivo del Domund 2025. Participaron representantes de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de las diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Vitoria, San Sebastián, Bilbao, y Pamplona y Tudela, así como el director nacional de OMP, D. José M.ª Calderón.
Después de la acogida, el encuentro comenzó con una oración y una breve presentación de cada uno de los participantes.
Acto seguido, el misionero navarro Charly Azcona compartió su testimonio y reflexión, basados en su experiencia misionera en la selva amazónica del Perú.
Estas son algunas de las ideas que nos transmitió:
- «Tenemos misioneros vivos que nos contagian su pasión por vivir y testimoniar el Evangelio entre los más desfavorecidos. Debemos agradecer esta hermosa realidad de nuestra Iglesia: misioneros de esperanza entre los pueblos.»
- «Pero debemos mirar de frente la realidad del mundo. Existen muchos conflictos dolorosos que destruyen los derechos de las personas. Se gobierna con mentiras y nos rodean relatos manipulados por los medios de comunicación.»
- «No puedo evitar poner como ejemplo el Sínodo de la Amazonía, celebrado en 2019, cuyo objetivo fue abordar la crisis ecológica y social de la región, así como encontrar nuevos caminos para la evangelización desde la realidad concreta de los pueblos.»
- «Una parte esencial del ser misionero es saber escuchar y dejarse afectar para ser testigo de Cristo. Ese talante místico del misionero es lo que nos da fuerza para actuar con esperanza y resolución, seguir sembrando semillas del Evangelio y mantener viva la llama de la fe en nuestra vida en Dios.»
- «Las Delegaciones de Misiones están llamadas a ser fuego del Evangelio, transmitiendo la pasión por Dios que viven los misioneros. También nosotros estamos llamados a ser testigos. Dios nos ama tanto que su amor desborda nuestro ser.»
- «Solo desde Dios podemos afrontar las heridas del mundo y transmitir esperanza. Cuando acogemos a Cristo resucitado y nos dejamos guiar por el Espíritu, somos capaces de vivir el Evangelio y ser testigos de esperanza. Al igual que María, debemos acoger a Dios en nuestras entrañas para encarnarlo y permitir que sea Él el protagonista de nuestra actividad evangelizadora.»
- «Dios sufre con quienes sufren, asume el dolor y la destrucción del mundo, pero espera nuestra respuesta y compromiso.»
- «Recordemos la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco, sobre la fraternidad y la amistad social, que nos llama a construir un mundo más solidario y pacífico mediante la atención a los más vulnerables, inspirándonos en la parábola del Buen Samaritano.»
- «Asimismo, la tierra clama por su destrucción. Por eso tengo muy presente la encíclica Laudato Si’ (Alabado seas), un llamado a la protección de la casa común, nuestro planeta. Conecta la crisis ecológica con la crisis social, proponiendo una ecología integral que une la preocupación por el medio ambiente con la justicia social. Critica el consumismo y los modelos de desarrollo que ignoran la interconexión de todo, y propone un nuevo estilo de vida basado en la sobriedad y la solidaridad.»
- «Se nos ha dado una misión: la misión no es algo nuestro, se nos confía y la acogemos.»
- «Necesitamos la gracia, la misericordia y el amor gratuito de Dios para convertirnos y ser así misioneros de esperanza entre los pueblos, como lo fueron Alejandro Labaka y su colaboradora, la religiosa colombiana Inés Arango.»
- «Uno de los grandes retos que tenemos por delante es la sinodalidad: un modo de ser y actuar de la Iglesia que significa caminar juntos, escuchando y discerniendo a la luz del Espíritu Santo. Se basa en la participación de todos los bautizados, no solo del clero, promoviendo el diálogo, la comunión y la corresponsabilidad en la misión evangelizadora. La sinodalidad implica un camino de renovación espiritual y de reforma estructural para ser una Iglesia más participativa y misionera.»
- «Debemos escuchar y aprender de los más desfavorecidos. Acogerlos con humildad y desprendernos de muchas cosas para, desde el Evangelio, adentrarnos en la tierra sagrada del otro. No podemos permanecer indiferentes ante los gritos del sufrimiento; debemos responder desde el Evangelio, siendo dóciles al Espíritu, para dar la mejor respuesta, preferentemente hacia los más pobres y hacia la casa común.»
Como cierre del testimonio de Charly Azcona, se proyectó un vídeo sobre la tragedia ocurrida en 1987, en plena selva amazónica, donde perdieron la vida Alejandro Labaka, obispo de la misión de Aguarico (Ecuador), y la hermana Inés Arango, misionera de las Terciarias Capuchinas.
A continuación, el delegado diocesano de Misiones de Bilbao y diácono permanente, Manuel Heredia, compartió su experiencia del Jubileo del Mundo Misionero, al que asistieron 75 representantes de las Obras Misionales Pontificias de España y de la Comisión de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. El Papa animó a reavivar la conciencia misionera para responder con urgencia a la llamada de llevar el Evangelio a todos los pueblos, más allá de las fronteras geográficas. Asimismo, recibió de manos de José María Calderón, director nacional de las OMP, una copia del vídeo del Domund de este año, centrado en su etapa como misionero antes de ser elegido sucesor de Pedro.
En un clima de oración, Charly nos planteó la siguiente pregunta:
«¿Qué podéis hacer en vuestras delegaciones para ser misioneros de esperanza entre los pueblos?»
Estas fueron algunas de las propuestas compartidas:
- Mantener la entrega actual.
- Ser conscientes de lo que fundamenta nuestro trabajo.
- Potenciar la animación misionera con vistas al relevo generacional.
- Valorar el trabajo en equipo.
- Trabajar incansablemente desde la oración, con una mirada esperanzada. Tenemos la mejor de las noticias y el mejor proyecto, especialmente orientado a los jóvenes y a la misión ad gentes.
- Ser conscientes de que, si queremos cambiar el mundo, debemos empezar por nosotros mismos. Ser testigos a través de nuestro trabajo y actividades. También es necesario “desaprender” ciertas formas de ser testigos en un mundo que ha cambiado, adaptando nuestro mensaje y testimonio a los tiempos actuales. El mensaje permanece: el Evangelio; pero las formas deben renovarse.
- Fomentar la oración entre los miembros de las delegaciones y de las OMP. Por ejemplo, proponiendo tres momentos comunes: Domund, Navidad y Pascua.
- Aprovechar mejor las nuevas tecnologías para mantener el contacto y la comunicación con nuestros misioneros.
El misionero Charly Azcona cerró la puesta en común con una reflexión final:
«Debéis valorar el gran trabajo que realizáis desde las Delegaciones y el servicio que prestáis a los misioneros. Seguid abiertos al Espíritu, con ganas de servir y de ser testigos.»
La mañana concluyó con una comida fraterna, aunque algunos continuamos con una visita por la ciudad.
Gracias…
Gracias al equipo de Bilbao por un encuentro lleno de misión, amistad compartida y esperanza.
Gracias por la excelente organización y acogida.
Y gracias, querido Calderón, por el esfuerzo de compartir este día con nosotros.





