Carta a los misioneros. D. Florencio Roselló. Verano 2024
Queridos misioneros navarros:
Es la primera carta que os escribo, y la he pensado mucho. Llegué un 27 de enero de este año 2024 y uno de los detalles que me llamó la atención al llegar aquí fue el espíritu misionero que tiene nuestra diócesis. Y sí, una de las características de nuestra diócesis de Pamplona y Tudela es la de ser misionera. Esta característica hace que os tenga mucho respeto y admiración. Vivís el evangelio al pie de la letra, en primera línea: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos” (Mt. 28, 19). Habéis emprendido viaje a todos los pueblos posibles e imaginables. Y no sois uno ni dos, sino, según contabilizaba el pasado año la Delegación de Misiones de Navarra, 508 misioneros y misioneras, entre los que hay sacerdotes, religiosos/as y laicos. Todo un ejemplo de vocación, servicio y seguimiento.
Habéis dejado todo; y cuando digo todo, ES TODO. La familia, aunque no plenamente, la habéis dejado muy lejos, y en los lugares de misión a los que habéis ido, la comunicación siempre ha sido muy difícil. Eran países del sur con pocos medios técnicos desarrollados. Habéis cambiado la seguridad económica por la generosidad y solidaridad de los pueblos a los que acompañáis. La asistencia sanitaria segura la habéis cambiado por la seguridad sanitaria y alimenticia de la gente que atendéis en misión. Vuestra seguridad personal la habéis regalado por la seguridad de los pobres. Todo han sido renuncias por el bien de los pobres y de los pueblos que atendéis.
Por eso, en esta primera carta os quiero decir GRACIAS. Por vuestra vocación misionera, por vuestra fidelidad en el compromiso asumido de acompañar a los pobres en tierra de misión. Por vuestro desprendimiento y generosidad. Sois un ejemplo para muchos sacerdotes y consagrados -y también para muchos laicos- que no nos atrevemos o no se atreven a dar ese paso misionero.
El Papa Francisco ha convocado, a través de la bula “Spes non confundit” (Rm. 5, 5) “la esperanza no defrauda”, el Jubileo de la Esperanza para el año 2025. Un año que nos regala un Jubileo que quiere ser un sentimiento positivo en la gente sin esperanza, especialmente en los pobres, en los que en su vida todo es fracaso, derrota y decepción, como son muchas de las personas que acompañáis en vuestras misiones. “Bajo el signo de la esperanza el apóstol Pablo infundía aliento a la comunidad cristiana de Roma”. (Bula Spes non confundit. 1). Vosotros sois como San Pablo, sembradores de esperanza, de ilusión y alegría en la gente de las comunidades cristianas con las que camináis. Vuestra presencia, vuestra palabra, vuestros gestos, son esperanza en tierra de misión. Muchas obras de evangelización, de desarrollo, crecen a vuestro lado, con vosotros, y eso genera esperanza entre la gente de los pueblos con los que estáis. Vais por delante en sembrar esperanza.
Se acerca el verano. Imagino que algunos de vosotros volveréis a Navarra, a España, a descansar, a reponer fuerzas, a revisar vuestra salud. Se dice que el misionero debe cuidar más la salud, ya que siempre dais prioridad a la gente que atendéis, les “dejáis pasar en la fila del médico”…, pero si vosotros no os cuidáis la misión se acaba. Por eso es bueno que dediquéis un tiempo a revisiones médicas, a cuidados sanitarios. ¡Haced caso a los médicos! Tomaréis unos días de vacaciones para alimentar vuestros lazos familiares y compartir con ellos risas, confidencias, paseos y comidas. ¡Os lo merecéis! Descansad, disfrutad de la familia y amigos.
Como cada año vamos a tener el encuentro misionero en Javier. Será el martes 23 de julio. Es mi primer encuentro con vosotros, admirados misioneros. Me gustaría saludaros personalmente. Por eso, si estáis por esas fechas de vacaciones en Navarra o en España, os animo a que vengáis y participéis en la jornada misionera que fundamentalmente la realizáis vosotros, los misioneros. Quiero que sea una jornada festiva de agradecimiento a vosotros, de testimonio por vuestra entrega y de ánimo en vuestra pastoral. La diócesis se siente muy orgullosa de todos vosotros.
Con mi abrazo fraterno,
+ Florencio Roselló Avellanas
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela