Sembradores de estrellas 2024
Ayer, 18 de diciembre de 2024, se celebró la tradicional ronda de villancicos de los “sembradores de estrellas”, un evento que ha reunido a niños de diferentes parroquias con el propósito de hacer presente el espíritu navideño, pero también de promover la conciencia misionera entre los más pequeños. Esta actividad tiene como objetivo preparar la jornada de Infancia Misionera, que se celebrará el próximo 19 de enero de 2025, una jornada dedicada a la reflexión sobre la importancia de la misión de la Iglesia en el mundo y el compromiso de los niños y jóvenes con la evangelización.
Los sembradores de estrellas recorrieron las calles del barrio de la Milagrosa cantando villancicos tradicionales con el propósito de sensibilizar a las familias y feligreses para dar a conocer una gran noticia: “Dios nace para cada uno de nosotros”. Esta actividad también tiene un carácter formativo, ya que permite a los participantes comprender de manera concreta qué significa ser misionero y cómo los niños pueden ser protagonistas de la misión.
El acto de recorrer las calles cantando villancicos es una forma de evangelización en clave “chiqui” que busca transmitir valores cristianos como la solidaridad, la fraternidad y la alegría del Evangelio. A través de estas canciones, los niños expresan no solo su amor por la Navidad, sino también su compromiso con la misión que Jesús les encomienda, ayudando a otros y participando activamente en la vida de la Iglesia.
También es un momento de diversión y de encuentro entre las familias que permite a los más pequeños tener una experiencia directa de lo que significa vivir la fe con alegría. Además, sirve como una excelente plataforma para ir “calentando motores” de cara la Jornada de Infancia Misionera que se celebrará en enero. De esta manera los niños no solo celebran la Navidad de una manera festiva, sino que también se convierten en protagonistas activos del mensaje de paz y amor que Jesús trajo al mundo.
Este evento, que se celebra anualmente, tiene como objetivo recordar a todos los niños que son parte de la Iglesia universal, animándoles a orar y a actuar por los niños que sufren a causa de la pobreza, la guerra, la enfermedad y la exclusión social.
Con este tipo de acciones, la Iglesia reafirma su compromiso con los más pequeños, recordando que ellos también son un motor de cambio y esperanza en el mundo, y que el mensaje de Navidad es un llamado a la acción para construir un mundo más justo y fraterno.